Porque los amigos de Puerta E nos abrieron la ídem desde el primer momento.
Porque la emoción nos embargó desde que salimos hacia Esquel en un viaje que tuvo múltiples peripecias adicionales, y fue creciendo a medida que disminuían los kilómetros que nos separaban del paraíso.
Porque encontramos en esta ciudad una sensibilidad humana que ya ni recordábamos que existía, al menos tan generalizada.
Porque Esquel es hermoso y nos ayudó a sentirnos bien en cuanto pisamos la terminal de ómnibus.
Porque tenemos a muchos que agradecer lo que ya nos han dado en la medida de sus posibilidades.
Hoy, cuando todavía no hace 48 horas que llegamos, ya nos sentimos parte del lugar como si nunca hubiésemos estado en otro, salvo por hijos, nietos, familiares y amigos que quedaron 2000 ó más kilómetros atrás, a quienes nos gustaría trasladar mágicamente a nuestro lado para no cargar con este dolor de la distancia.
Por eso escribimos:
Nuevo tiempo, nuevo lugar: Y llegamos a Esquely nos disponemos a iniciar este nuevo movimiento de la sinfonía de la que alguna vez hablamos.
Gracias a todos. Y no se vayan, porque ahora vendrá lo mejor.
Olga y Daniel
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