febrero 21, 2012
Pablo Icardi
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La discusión sobre la minería está en la agenda. Todo se centra sobre los efectos ambientales. Pero mientras tanto la actividad se desarrolla y todos esquivan el debate sobre lo que las mineras dejan en el país. Aseguran que el porcentaje de regalías está desactualizado y promueven la revisión. En Mendoza Vale no dejará más del 3 por ciento de toda su facturación.
El debate por la minería está en la agenda diaria de la provincia y el país. La discusión se centra en las posibles consecuencias ambientales que pueda tener esa actividad. Pero hay un tema que queda de lado y que pone incómodas a las propias empresas. Allí la discusión tiene que ver con algo verde, pero no tiene mucho que ver con la ecología, sino con los dólares. Se trata de la renta minera; lo que las empresas que explotan esos recursos naturales no renovables dejan como regalías al Estado, verdadero propietario de esos bienes.
En Argentina las leyes de promoción de la minería dejan atadas a las provincias para exigir más recursos. La ley de inversiones mineras fue sancionada durante el menemismo y en un contexto económico totalmente distinto. Esa norma pone un tope del 3 por ciento a las regalías que se pueden cobrar, monto al que además hay que descontarle los cotos que se suman desde que el mineral sale de la mina, hasta que es comercializado.
Los defensores de la actividad aseguran que esos topes fueron establecidos cuando los minerales tenían un determinado precio que no “hacía rentable un proyecto pagando más regalías”. Hoy los commodities están por las nubes, llevando las ganancias de las empresas mineras a valores exorbitantes. Tanto, que los propios empresarios aseguran que subiendo las regalías, la rentabilidad de las empresas seguiría siendo altísima.
Claro que todo es negociación y política. En Mendoza el tema pasó de largo sin mayores discusiones a pesar de que en la provincia se va a desarrollar uno de los emprendimientos mineros más grandes de la Argentina: Potasio Río Colorado, que dejará menos del 3 por ciento de regalías más un 1% más para formar un fondo socioambiental.
En provincias netamente mineras, como San Juan, los números que manejan las empresas son enormes, pero a las arcas provinciales ingresan muchos menos recursos en carácter de regalías que, por ejemplo, los que llegan a Mendoza por el petróleo. En San Juan las regalías por las tres minas de oro que están en producción no alcanzan los 200 millones de pesos anuales. En Mendoza el petróleo deja más de 1000 millones al año. El “oro negro” deja en la provincia un piso del 12 por ciento. En lo que coinciden ambas actividades es que en los dos casos se recauda en base a declaraciones juradas de las propias empresas; es decir es confiar o reventar.
La flamante Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI), de la cual Mendoza es parte, apunta a buscar renegociar las condiciones con las multinacionales que manejan el negocio. Otra de las discusiones de fondo es sobre los modelos de participación estatal, donde buscan crear empresas provinciales que sean parte del negocio (Catamarca lo tiene desde hace décadas).
Lo que dejan
La ley número uno de cualquier empresa (más allá de cualquier decorado discursivo) es ganar la mayor cantidad de plata con el menor costo posible. Las mineras están lejos de escaparle a esa ecuación. Y el tres por ciento de regalías que pagan es una situación comodísima para las ganancias de las empresas, que tienen resultados récords cada año. “En otro contexto económico no es una regalía baja, pero en este sí. Han quedado desactualizados esos valores. Las empresas ya lo tienen internalizado. No los incomoda. Ha quedado desfasado, ese 3 por ciento es una fotografía de otro momento, cuando los precios eran otros. Pero hay que tener claro que ellos van a exigir algo a cambio, que es la seguridad jurídica. Porque hoy si se pone el 12%, es el 12% de cero”, explica Raúl Rodríguez, uno de los especialistas más reconocidos de la provincia sobre derecho minero y representante legal de varias empresas.
Mendoza adhiere a la ley nacional de inversiones mineras que pone un tope en las regalías. Por eso, Potasio Río Colorado está sujeto a pagar ese porcentaje, descontando siempre los costos de producción.
Aunque aquí la discusión parece abstracta, el proyecto Potasio marca que no lo es tanto. Se trata de una mega mina de un mineral que, aunque es usado como fertilizante, es un metal, y será una de las más grandes del mundo.
En el acuerdo firmado entre la Provincia y la empresa brasileña Vale, además se impuso el pago de extra regalías para un fondo Socio Ambiental, pero que no superará el 1 por ciento de la facturación y siempre está condicionado al valor que tenga en mineral extraído. Así, por ejemplo, cuando el cloruro de potasio esté a un precio de entre 450 y 500 dólares la tonelada, la minera Vale deberá pagar 4,5 dólares por cada tonelada que venda y el dinero tiene que ser usado para infraestructura.
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http://site.informadorpublico.com/?p=5630
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