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Esquel y vos :De Daniel Galatro
El cambiante rostro de la Antártida - Entrevista a Andrea Juan
El paisaje antártico se está transformando una vez más. La gruesa capa de hielo que rodea el Polo Sur está siendo modificada por los factores naturales pero también por la acción nefasta del ser humano.
El periodista Luis Aubele entrevistó a Andrea Juan, experta en fotografía y video, durante una exposición que realizó sobre el tema en el Malba. Allí ella pudo expresar algunas de sus preocupaciones actuales acerca del deterioro y la contaminación que sufre ese “Continente Blanco”.
Los glaciares del Sur son también, como el resto del planeta, víctimas de una tragedia ambiental, aunque se produzca en este caso como si se viese en cámara lenta.
En los últimos 15 años, sectores de la Antártida Argentina han cambiado su hielo por barro, agua y nieve. Si comparamos la realidad actual con un mapa escolar de hace algún tiempo, las modificaciones serán apreciables. Y no se trata de modificaciones positivas sino todo lo contrario.
El océano se calienta y derrite el hielo. Así de simple. Pero la causa mediata es por qué se produce ese calentamiento. Así llegaremos fácilmente a la responsabilidad humana.
Andrea realizó una experiencia artística para mostrar algo de esa situación. En la base científica Esperanza viven familias completas y pudo mostrarles un audiovisual en el que se veía una plantación pampeana de girasoles que brindaban unas imágenes de paz y esplendor pero que de pronto se incendiaban para dejar espacio a la nada. Y esa gente que disfrutaba de la ficción de correr sobre el hielo entre las enormes flores se enfrentó con la realidad del desierto de hielo.
La Antártida constituye una enorme porción del planeta que habitamos. Un planeta que los seres humanos habitamos desde hace miles de años pero que progresivamente hemos comenzado a hacer víctima de nuestra actividad. Y por el enriquecimiento de unos pocos, los más permitimos la devastación del que es nuestro único hogar.
Porque allá tan lejos como la Antártida o aquí tan cerca como cualquier corriente de agua, porción de suelo o espacio de aire que nos contiene, el planeta va dejando de ser una porción segura para nuestra vida en el Universo.
Algo más de siete mil millones de personas somos, directa o indirectamente, por acción o por omisión, responsables de una gran parte de la lenta pero contínua destrucción de la Tierra.
¿Podremos actuar lo suficientemente bien y rápido como para detener ese daño suicida? Los científicos dicen que todavía estamos a tiempo pero que ese tiempo se acorta sin pausa. Ese bien que es de nuestros hijos y que nosotros solamente deberíamos cuidar está siendo una herencia que no cesamos de dilapidar.
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** Visita: http://danielanibalgalatroescritor.blogspot.com.ar
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