en Diccionario Mapuche mapuche-español / español-mapuche;
personajes de la mitología;
toponimia indígena de la Patagonia;
nombres propios del pueblo mapuche;
leyendas;
Editorial Guadal S.A., 2003; ISBN 987-1134-51-7
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La leyenda de creación de los Mapuche con los dos serpientes Cai-Cai y Tren-Tren (Txeg Txeg y Kai Kai filu)
Según la mitología del pueblo mapuche, su origen tiene una historia: en el mar, en lo más profundo, vivía una gran culebra que se llamaba Cai-Cai. Las aguas obedecían sus órdenes y un día comenzaron a cubrir la tierra. Tren-Tren, otra culebra tan poderosa como la anterior, que vivía en la cumbre de los cerros, aconsejó a los mapuches subir a un cerro cuando comenzaran a elevarse las aguas. Muchos no lograron subir y murieron, transformándose en peces. Finalmente, hicieron sacrificios y se calmó el agua, y los que se salvaron bajaron del cerro y poblaron la tierra (p.237).
El orden superior
El cosmos se divide en siete niveles que se superponen verticalmente [?] en el espacio. En los cuatro niveles superiores viven divinidades, ancestros y espíritus benéficos. Luego se encuentra una plataforma donde residen los huecufe o wekufe, espíritus malignos. En el nivel terrestre, donde están los mapuches, se manifiestan tanto las fuerzas del bien como las del mal, afectando la conducta humana. El último nivel es subterráneo y allí moran los caftrache, hombres enanos malignos (p.237).
El ser supremo (Nguenechen)
En la cultura mapuche, la "divinidad" se llama Nguenechen y está compuesta por cuatro elementos simultáneos: el padre anciano (Fucha Chau), la madre anciana (Kuze Ñuke), el hombre joven (Hueche Huentru) y la mujer joven (Ulcha Domo).
El cuatro, o más bien los números pares, debe prevalecer en el orden de las cosas, hecho que se observa en la naturaleza: cuatro etapas de la vida (niño - joven - adulto - anciano), las cuatro estaciones del año, los cuatro momentos por los que atraviesa el día, etcétera (p.238).
Dos vidas
Los mapuches creían en la vida después de la muerte. Luego del paso por el espacio terrenal, al morir, se iniciaba un viaje hacia el otro mundo. Cuando una persona moría, se acompañaba su sepultura con todos los elementos preciados (vasijas, plata, riendas, comida, bebida), los que serían necesarios para su nuevo tránsito. Antiguamente cuando un cacique (juez del pueblo) moría, incluso se enterraba su caballo.
Para acompañar el paso a la nueva vida se realizaba una ceremonia fúnebre - amuil pellin - donde se le pedía al espíritu del difunto que iniciara su viaje. Se creía que de no efectuarse este rito, el espíritu erraría si rumbo, acechado a sus familiares (p.238).
Machis (chamanes, curanderos, mediantes)
Entre los mapuches no existían los sacerdotes, pero los machis ("curanderos" o "hechiceros", según los blancos) eran los encargados de contactarse con el mundo del más allá. A través de sueños y visiones premonitorias, los machis podían saber que habían sido elegidos para ser intermediarios entre el pueblo mapuche y los espíritus. Sólo entonces recibían los conocimientos necesarios de parte de los machis más viejos.
A través de su mediación, se otorgaba salud, bienestar (p.238), tranquilidad y abundancia. Usando su poder de comunicación con los seres sobrenaturales, el machi expulsaba a los espíritus malvados que causaban daño. Además, estaba dotado de facultades adivinatorias, terapéuticas y rituales. En la actualidad, estas funciones son ejercidas principalmente por mujeres.
Las o los machis tenían gran influencia en las comunidades. Por lo general, vivían solos y eran muy respetados. Cuentan que uno de los rasgos exteriores que los identificaban era que se dejaban crecer el pelo y las uñas. En el caso de los machis varones, solían vestirse con ropa de mujer (p.239).
Ver más en: http://www.am-sur.com/am-sur/Mapuche/creencias-ESP/Esposito_mitologia-fiestas-mapuches.html
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