En un momento tenso tomó la palabra para expresar con sus ojos llenos de lágrimas todo el sentimiento de angustia que vivió cuando paso por la casa de Don Isidro Railef y la vio toda destruida. “Era mi vecino cuando yo vivía por Chacay Oeste, y sentí mucho dolor al ver como los mineros destruyeron su casita y todas sus cosas, su aguada que era su orgullo está seca… Me baje a mirar como estaba todo derrumbado y me puse a llorar…”, expresó sintetizando el desarraigo, el cambio impensando y la desolación propia que puede traer el “progreso” ajeno.
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Esquel te enamora, se incorpora a tu piel como los abrojos mismos.
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Esquel y vos :De Daniel Galatro
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