Quizás por respeto a las distintas sensibilidades, o por no animarme, no llegué a decir algo hace un rato, en la despedida a Jaime. Jaime Bashkansky.
Se fue un hermano nuestro, un hombre joven, pero además un hombre de los que hacen alguna de las actividades que se suelen resumir diciendo “cultura”.
Hace un rato, estaban ahí reunidos muchos de los que nos regalan todo el tiempo su vocación, su talento, sus esfuerzos y su actividad. Hubo incluso quienes vinieron desde localidades vecinas. Los vi a todos juntos.
Las obras que puso en escena Jaime nos divirtieron, nos hicieron pensar, algunas veces nos dejaron sabor amargo, pero necesario para forzarnos a pensar sobre aspectos poco transparentes o a veces oscuros de nuestras vidas y nuestras relaciones con los demás.
Desinformado como ando en los últimos años en relación con las cosas que ocurren en la ciudad, me resultó maravilloso saber que Jaime había continuado con su actividad teatral en los años recientes, y además habiéndose dedicado de lleno a las obras del Teatro por la Identidad, que desde ya, lo son también por la Memoria, la Verdad y la Justicia que gran parte del pueblo argentino seguimos buscando.
Con esta carta quiero expresar, decir, mi agradecimiento a Jaime y a su obra y su trabajo, a haberlo compartido con nosotros, acá en Esquel, y a haber llevado el nombre de nuestra ciudad a distintos lugares con calidad, con dignidad y con talento.
Y también quiero hacerles llegar mi agradecimiento a los que estaban allí ayer, por buscar algo más en sus vidas que satisfacer sus necesidades, por buscar llegar a todos nosotros sea cual fuera la disciplina que cultiven. Estaban los titiriteros, los administradores de recursos culturales, los que gestionan exposiciones impresionantes, los que crean y los que interpretan música, los pintores, los que se aprenden por meses parlamentos, movimientos y gestos para mostrarnos una obra de teatro, los que organizan obras, los que difunden convocatorias y presentaciones.
Y hago extensivo el agradecimiento a los que aunque no hayan estado ensayan semanalmente para presentar su banda, o aprenden alguna expresión artística, que siempre siempre, es un intento de llegar a nosotros, los demás, que en esos momentos jugamos de público.
En tiempos muy televisivos y virtuales, es maravilloso que algunos, de distintas edades y de distintos ámbitos y disciplinas, sigan apostando a la actividad presencial, y al esfuerzo cotidiano para construir algo de calidad, para otros, para ese grupo de gente incierta, el público.
Se fue uno que era así. Además de medio loco, pensativo, a veces desprolijo y malhumorado en lo que no fuera su vocación… y entrañablemente querible. Características de una gran parte de “esa gente” que hace cosas, “cosas raras”, cosas para sí y para los demás.
A él, y a todos ustedes, primero, perdón por no darles quizás la atención suficiente, y segundo, muchísimas muchísimas gracias! Yo, y creo que muchos más, los queremos mucho. Quizás todo esto sean obviedades, pero creo que igual, a veces, vale la pena decirlas.
Publicado por Puerta E
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