¿Somos? ¿Estamos? ¿Quiénes? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con quién? ¿Y yo? ¿Cómo soy? ¿Es lo que veo o me reflejo? ¿Estoy? ¿Y cómo estoy? Y si realmente estoy aquí, en mi ya, en mi ahora... ¿quien me lo asegura?.
A quién preguntarle si los grandes maestros de la vida no saben lo que me pregunto. Podrán saber sobre los demás, pero sobre mí ... sólo lo sé yo misma y nadie me entiende..., porque tampoco lo saben por mi boca.
¡Cuántos interrogantes sin resolver! ¿En quién confiar?
Me causa risa imaginarme a los "genios de la medicina" deseosos de "sacarme" de mil maneras "conocidas" mi inquietud. ¡Si sólo me animara a preguntar lo que quiero y la respuesta que busco!.
Ser.. estar... yo...
¿Quién no se preguntó alguna vez dónde estamos y si esto es la realidad? Si realmente estamos...
Lo creemos porque alguien nos dice que estamos . ¿Cómo sabemos que estamos y por qué? Y lo más difícil...: ¿"PARA QUÉ?".
Creemos en palabras que salen de bocas de"otros" que saben mucho menos que nosotros sobre nosotros mismos, y creen que sí.lo saben.
Son tan frios... Hablan y hablan sin importarles realmente qué decimos, qué sentimos, qué hacemos, o dónde estamos, o el por qué nos preguntamos todo esto.
¿Quiénes son los que dicen lo que dicen para creerles? Sin hacer el ejercicio de "sentir", nos enseñan sobre un Dios leído y no nos enseñan sobre "el vivido", pero tratan de ponerse en nuestra piel, sin sentir...
Tengo la respuesta ... pero ¿quién soy yo para que ellos crean en mí, si yo para ellos no soy nadie, ni soy ningún estudioso del "ser humano" como ellos, porque me dí cuenta que tampoco soy como ellos.
Mi cuerpo es distinto y por suerte no lo ven. No se dieron cuenta y paso desapercibida de día entre la gente.
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Mi cuerpo interior.
Siempre me sentí distinta a los demás, no se si para bien o para mal. Sólo digo que me sentí distinta y fue desde siempre, creo.
Fue ahí que comencé a ser cada vez más solitaria, no porque me sentía observada, sino lo que no sabían era que dentro de mi "timidez" o mi personalidad introvertida, yo los observaba a ellos.
Su vida, su rutina, sus nervios, su materialismo, sus ambiciones desmedidas..., muchos con sus siete pecados capitales juntos, si es que los hay, y si los hay yo debo tener alguno seguro sobre mi cuerpo humano, el de adentro, el exterior.( para mí). "El que se viste y desviste", diría Pena el poeta mientras NO, también poeta, asentiría con su cabeza con movimientos contrarios y diciendo"sutilmente" : "el que desvisto y visto".
Y digo mi cuerpo exterior porque tengo otro cuerpo que yo lo llamo interior, que no es lo mismo que Alma o espíritu. Mi cuerpo interior es el que viste a mi piel y no mi ropa. El que acaricia, el acariciado, el que está del lado de la naturaleza, el que se alimenta de otras cosas y crece, "el que siente". El que nadie ve de día y todos de noche.
Explicar sobre él se hace difícil hasta para mi. Es como el humano pero al revés, es como sentir que nos dan vuelta como la manga de un suéter del revés para ponerla del lado al derecho, para usarlo como corresponde.
Cómo encontrar a a alguien más como yo y compartir estos interrogantes, estos sentimientos, y que sepa de qué le estoy hablando. No quiero estar sola en un mundo que no sabe de qué hablo, necesito a los míos. Siento que hay más y en algún lugar. Mi sensibilidad me dice que si, irradian y queman antes de que se acerquen y sé que están... ¿pero dónde?.
¿Cuántos más como yo? Y no hablo de seres de otro planeta o mucho menos. Hablo de seres como yo. Distintos, si es que estamos y existimos.
Estar en contacto con alguien así me bastaría. Hablaríamos el mismo idioma, sentiríamos distintos pero iguales a la vez. No es cuestión de sexo, no me interesa si es hombre o mujer, porque lo mío es otro sentir.
Me erizo... siento su energía en mí, y mis ojos se ciegan ante el brillo percibido a la distancia del encuentro deseado, por mí al menos.
La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla. Y yo lo ví.
¿Continuará?
Realmente no lo sé.
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