Esquel te enamora, se incorpora a tu piel como los abrojos mismos.

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Esquel y vos :De Daniel Galatro

Clemente Onelli: un romano en la Patagonia


Clemente Onelli nació en Roma, Italia, en 1864. Era hijo de Victorio Onelli,un abogado romano. Siendo niño quedó huérfano; estudió hasta su mayoría de edad en el colegio papal de Roma, y posteriormente en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Roma, especialmente orientado a la paleontología y geología, recibiéndose de licenciado a la edad de 23 años.

Aprendió a leer y escribir, además del italiano natal, en latín, en griego, y en francés. Todavía en Italia, tomaría clases de español, idioma que viviendo en la Argentina también dominaría, al igual que el mapuche y el tehuelche. Finalmente tomó la decisión de emigrar a América del Sur.

A la edad de 24 años —a finales del año 1888— arribó a la Argentina, donde conoció a los científicos locales Schiaffino, Arata, los Ameghino y el perito Moreno, entre otros. También comenzó a relacionarse con el Museo de La Plata.

A fines de ese primer año en América, Moreno lo incorporó a la planta del Museo, con tareas de explorador y naturalista, especialmente en la búsqueda de fósiles y piezas arqueológicas patagónicas.

Poco después se embarcó en un viaje de exploración al lago Argentino, oportunidad en que se tomó la fotografía vestido con ropas tehuelches que ilustra esta nota. Al regresar de la Patagonia, fue enviado nuevamente al Sur, esta vez como corresponsal viajero para escribir informes sobre los trabajos de construcción de vías férreas que unirían Bahía Blanca con Neuquén.

En 1897 el perito Moreno lo nombró Secretario General de la Comisión de Límites; siendo además su secretario personal y amigo.

El tema del Río Fénix

En el año 1898 jugó un papel clave en el episodio limítrofe denominado: desvío del río Fénix, un curso fluvial que drenaba hasta ese momento hacia el océano Pacífico.

Una compañía de galeses de Gaiman, postuló la factibilidad de cambiar la dirección de ese río para irrigar una nueva colonia galesa en tierras hasta ese entonces totalmente improductivas. Francisco Moreno, vislumbró que esa obra podría ser la prueba práctica de su teoría en relación sobre que el límite entre ambos países debía correr por los altos e inamovibles cordones andinos, y no por la divisoria de aguas oceánica, la cual era inestable.

En enero de ese año, Moreno le encomendó la apertura de un canal artificial para desviar las aguas de ese río en dirección al cañadón del Deseado, es decir, el objetivo era cambiar la asignación oceánica de su cuenca para que pase a drenar hacia el océano Atlántico. Las tareas debían ser terminadas cuanto antes, pues pasaría por allí la comisión arbitral encargada de fijar el límite binacional. Onelli supo estar a la altura del desafío, lográndo coronar con éxito el cometido, justo una semana antes de que llegue al lugar la comisión arbitral.

Como Onelli no sólo era un gran conocedor de las regiones australes, sino que además había emprendido estudios de química agrícola, el doctor Wenceslao Escalante, por entonces Ministro de Agricultura de la Nación, lo contrató para que estudie las características en los rubros agrícola y ganadero del Territorio Nacional de Santa Cruz.

Luego de las actividades en la Patagonia sur, regresó a Buenos Aires. En 1892 formó una familia casándose con María Celina Panthou, hija de franceses radicados en Buenos Aires. Una nueva tarea oficial le fue encomendada: emprender la colonización de la Patagonia, desde la Dirección de Tierras de la Nación.

Onelli director del Zoo porteño

El Presidente Julio Argentino Roca, al finalizar el año 1904, le daría el trabajo que lo haría más conocido: le otorgó la dirección del Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires, reemplazando a su antecesor: Eduardo Ladislao Holmberg. Frente a la colección zoológica porteña estaría dos décadas, incluso viviendo él y su esposa dentro del zoológico (Onelli no dejó descendencia), hasta el 20 de octubre de 1924, es decir, el día de su muerte.

El ambientalista

Onelli, preocupado por la conservación de la naturaleza, promovió varias leyes en defensa de los animales, y vegetales. Entre ellas, destacan dos por su popularidad: la celebración del día del árbol —en 1908—, y la del día del animal. Investigó métodos para mejorar la alimentación y la calidad de vida de los animales cautivos. Impulsó el uso sostenible de los recursos de animales silvestres, entre ellos: plumas, fibras, lanas, cueros, pieles, etc.

Su principal prioridad fue la divulgación del conocimiento relacionado con los animales, en especial enfocado hacia los niños.

Seguramente Florentino Ameghino y el perito Moreno son, digamos, más populares que Clemente Onelli.
Por eso quisimos acercarnos a su rica historia personal y homenajearlo en esta nota.

Pero volveremos a hablar de él muchas otras veces, en lo posible, porque mucho sudor de este hombre regó durante años el suelo patagónico. Y la Patagonia es agradecida.

Fuente: Wikipedia

Prof. Daniel Aníbal Galatro
Esquel - Chubut - Argentina
Marzo de 2014
danielgalatro@gmail.com
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http://elportaldeolgaydaniel.blogspot.com.ar/

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