¡Buenas y santas! ¡Ah! ¿Captó la sutileza? Santas... por lo de la Semana.
¡Hola...! ¿No está Margarita, hoy? ¿Es por la Semana Santa? Y, sí, merecía unas vacaciones, pobre chica. Trabaja mucho así que tiene que descansar un poco porque si no en cualquier momento se nos rompe. Y esa otra, ¿cómo se llama? ¿Estela?
¡Hola, Estela! ¡Un cafecito, sivuplé!
Si, ya sé que en francés se escribe diferente, pero eso se lo dejo a Juan Pablo, un amigo que sabe mucho de esas cuestiones.
¿En qué anduvo este finde? ¿Guardado? ¿Por el fresquito? Yo también me quedé trabajando en casa pero creo que voy a cambiar la estrategia, porque cuando uno menos sale, menos quiere salir. Hay que poner el pecho al otoño porque alguien decía que "agosto los prepara..." y después viene el aclatismo. ¿Qué es el "aclatismo"? Una palabra inventada por un chico de los años 60, que ya no es nada chico, por supuesto. Era un vecinito que, cuando se enojaba, se ponía como loco y nos decía a todos: "¡Ojalá venga un aclatismo que los aclate a todos!".
Nunca supimos qué cuernos era un "aclatismo" pero sonaba a algo fuerte. Como nos hubiera sonado el término "tsunami" si por los años 60 alguien nos lo mencionara, lo que no sucedía.
Ya pasamos la mitad de Abril. Este año se viene medio rapidón, parece. Y, como decía Balá, "rarón, rarón, tirando a inicuo". ¡Oh! Aquí viene... Estela, se llama, ¿no?
¡Buen día, Estela! ¡Mucho gusto! Deje por acá, no más. A lo mejor le pido algo más dentro de un ratito.
¿Usted quiere algo, amigo? Bueno, si se le ocurre algo permítame invitarlo yo. Porque es 18 de abril, lo que no es poco. Está usted, estoy yo, compartimos un cafecito y unos minutos de charla. ¿Le parece poco?
Anduve investigando unas cuantas cosas porque quería volcarlas en la revista. Aunque más no fuera, unos toquecitos. Sobre personas importantes de la vida de esta ciudad, sobre los mapuches, sobre los galeses...
Es que quería aprender, un vicio que tengo desde la infancia. Creo que en realidad soy un "chusma fino". No me meto en las vidas privadas para conocer intimidades inconvenientes, pero no puedo evitar revolver pasado y presente de lo que me rodea. Eso me hace sentir mejor. ¿Leyó alguna de las notas nuevas?
¿Sí? La de las "autoridades mapuches" me sorprendió. Venía enganchada con la del profe Antonio Díaz-Fernández, quizá no por casualidad. ¿Encontró demasiadas palabras que no conocía? Entonces figúrese lo que me pasó a mí, que vengo de una ignorancia sobre el tema que puede calificarse de "profunda". ¿Y respecto de la historia de los primeros galeses en la patagonia? Yo estaba muy equivocado sobre el asunto. Creía que los que llegaron aquí eran gente poderosa en su país pero descubrí que no, que se habían empobrecido profundamente cuando por la Revolución Industrial los campos fueron casi abandonados y les llegó la miseria, y les llegó el hambre. Por eso buscaron emigrar y por lo que se dio después, el lugar elegido era por estos pagos. Aquí la pasaron muy mal también, al menos durante los primeros años. Pero cuando la gente está dispuesta a trabajar y a hacer sacrificios puede superar esas adversidades.
Mapuche y galeses, dos historias muy diferentes que convergieron en esta región para hacer una provincia muy particular, que no se parece a ninguna otra en muchas cosas. Dos ingredientes más del crisol de razas que se fue enriqueciendo con descendientes de gentes de muy diversos lugares. Creo que en Esquel no falta representante a ninguna variedad. Por eso se canta de todo, se baila de todo, se come de todo... Está bueno, ¿no?
Bueno, hoy tengo que hacer unos trámites, así que voy a andar por el centro un rato. Quizá saque algunas fotos pero ya tengo muchas de esa zona. Voy a tratar de pasar por otros lugares para ver si descubro cosas nuevas... nuevas para mí, por supuesto.
¡Estela! ¿Me cobra?
Acuérdese, amigo, que espero que se anime y me alcance alguna historia de por aquí. Por ejemplo, cómo llegó su familia a estos pagos. Así la publicamos para que todos conozcan esos detalles, que no son poco significativos..
¡Gracias, Estela! ¡Que lo pase bien!
Y usted también, amigo. Que lo pase bien. Y cuídese, porque lo necesito, como necesito a todos y cada uno de las personas por las que tengo afecto. Aunque a veces no las vea con frecuencia. Me basta con saber que están allí, y que ellos sepan que yo estoy aquí. Debe ser ése uno de los entramados que nos sostienen en la vida, ¿no? Estirar el brazo y sentir que nuestra mano se contacta con otro mano para ir formando una cadena de sentimientos que ahora, con la tecnología, puede dar la vuelta a este mundo.
Estos días uno se pone especialmente sensible, sea o no creyente. Es que no solamente la fe sino también todo un trasfondo cultural que nos rodea desde niños hace que suceda eso, que nos pongamos especialmente sensibles.
Así que, amigo, que tenga una buena semana y que la termine con una de esas roscas de Pascua o algún huevo de chocolate que lo haga sentir como volviendo a una infancia que nunca abandonó del todo.
Chaucito. Nos vemos en cualquier momento.
Daniel Aníbal Galatro
dgalatrog@hotmail.com
Esquel te enamora, se incorpora a tu piel como los abrojos mismos.
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