Esquel te enamora, se incorpora a tu piel como los abrojos mismos.

Esquel te enamora, se incorpora a tu piel como los abrojos mismos.
Esquel te enamora, se incorpora a tu piel como los abrojos mismos.

Buscá aquí eso que todavía no pudiste encontrar

Búsqueda personalizada

Esquel y vos :De Daniel Galatro

Una anécdota de la Segunda Guerra Mundial


Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue hace pocos días a la iglesia local a confesarse.
Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre dijo:
- Padre... Durante la Segunda Guerra Mundial, una mujer bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo. Así que yo la escondí en mi altillo.
- ¡Esa fue una cosa maravillosa que has hecho, hijo! -contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de confesar eso.
- No, Padre, es que ella empezó a agradecerme con favores sexuales.
- Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así. Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.
- Gracias, Padre. Esa es una gran carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.
- ¿Y cuál es, hijo?
- ¿Cree Ud. que debería decirle que la guerra ha terminado?

(Enviado por nuestro amigo Paco desde Madrid)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo nuevo en Mercado Libre

Hoy es el mejor día para comprar regalos

¿Cómo puedes vender y cobrar por Internet?

Dineromail, para enviar y recibir dinero via e-mail