estimula y sienta bien.
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En un bautismo...
- No, hijos, al bebé no le pueden poner Batman.
- Entonces, que sea Superman.
- Les repito, no puede ser. Tiene que ser un nombre de pila.
- Está bien, Padre. Entonces que sea Duracell.
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Entra Manolo a la casa, todo transpirado y cansado.
-¿Qué te ha pasado, Manuel?
-Pues verás, Josefa. He corrido detrás del ómnibus y me ahorré los 20 pesos del boleto.
-Pues qué bruto eres, Manolo. Hubieras corrido detrás de un taxi y te hubieras ahorrado 300 pesos.
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En un bautismo...
- No, hijos, al bebé no le pueden poner Batman.
- Entonces, que sea Superman.
- Les repito, no puede ser. Tiene que ser un nombre de pila.
- Está bien, Padre. Entonces que sea Duracell.
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Entra Manolo a la casa, todo transpirado y cansado.
-¿Qué te ha pasado, Manuel?
-Pues verás, Josefa. He corrido detrás del ómnibus y me ahorré los 20 pesos del boleto.
-Pues qué bruto eres, Manolo. Hubieras corrido detrás de un taxi y te hubieras ahorrado 300 pesos.
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Suena el celular y el tipo atiende:
- Oye, Manolo, ¿hace frío en la calle?
- No sé. Yo estoy en la vereda.
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El gallego está en el taller, tratando de hacer un corte difícil en una pieza de madera.
- No sé. Yo estoy en la vereda.
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El gallego está en el taller, tratando de hacer un corte difícil en una pieza de madera.
De pronto se apoya en falso, la mano le patina y la sierra le corta la oreja.
Desesperado, se pone a buscarla oreja.
Un compañero lo ve agachado y le pregunta:
- Manolo, ¿qué te pasa? ¿Qué se te perdió?
- Nada, que me corté la oreja y la estoy buscando.
El compañero, compadecido, le ayuda y a los pocos instantes la encuentra y le dice al gallego:
- ¡Mira, aquí está! ¡La encontré!
Y le contesta el gallego:
- No, esa no es la mía. Mi oreja tenía un lápiz arriba.
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Hay un gallego en una entrevista de trabajo y le dice el representante de la empresa…
- Pues muy bien, usted. cumple perfectamente el perfil que buscamos para este empleo, así que se podría incorporar inmediatamente.
- Bien. ¿Cuánto cobraré?
- Para empezar 1000 pesos, y más adelante, 2000 pesos.
- ¡Ah, qué bien! Entonces volveré más adelante.
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En un barco viajan un español y un inglés.
Un compañero lo ve agachado y le pregunta:
- Manolo, ¿qué te pasa? ¿Qué se te perdió?
- Nada, que me corté la oreja y la estoy buscando.
El compañero, compadecido, le ayuda y a los pocos instantes la encuentra y le dice al gallego:
- ¡Mira, aquí está! ¡La encontré!
Y le contesta el gallego:
- No, esa no es la mía. Mi oreja tenía un lápiz arriba.
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Hay un gallego en una entrevista de trabajo y le dice el representante de la empresa…
- Pues muy bien, usted. cumple perfectamente el perfil que buscamos para este empleo, así que se podría incorporar inmediatamente.
- Bien. ¿Cuánto cobraré?
- Para empezar 1000 pesos, y más adelante, 2000 pesos.
- ¡Ah, qué bien! Entonces volveré más adelante.
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En un barco viajan un español y un inglés.
El inglés se cae al agua y grita:
-¡Help! ¡Help! ¡Help!
Entonces dice el español:
-Gel no tengo, pero si quieres tengo shampoo.
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-¿Sabes que el otro día se cayó mi madre por el balcón y ahora está en el cielo?
¡La miér...! ¡Cómo rebota tu vieja!
---
-Mamá, mamá, ¿la abuela es fosforescente?
-No hijo, ¿Por qué?
-Entonces, se está electrocutando.
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- Mamá, mamá, ¿es verdad que todos los niños tenemos dos papás y dos mamás?
No hijito, sólo los bizcos.
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Las cuatro de la mañana y suena el teléfono.
-Aló, aló, ¿la familia Silva ?
-¡No, imbécil! ¡La familia duerme!
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Va un señor al confesionario y justo el cura estaba comiendo.
El señor va y le dice:
- He pecado.
Y el cura le responde:
- No, e' pollo.
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-¡Help! ¡Help! ¡Help!
Entonces dice el español:
-Gel no tengo, pero si quieres tengo shampoo.
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-¿Sabes que el otro día se cayó mi madre por el balcón y ahora está en el cielo?
¡La miér...! ¡Cómo rebota tu vieja!
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-Mamá, mamá, ¿la abuela es fosforescente?
-No hijo, ¿Por qué?
-Entonces, se está electrocutando.
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- Mamá, mamá, ¿es verdad que todos los niños tenemos dos papás y dos mamás?
No hijito, sólo los bizcos.
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Las cuatro de la mañana y suena el teléfono.
-Aló, aló, ¿la familia Silva ?
-¡No, imbécil! ¡La familia duerme!
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Va un señor al confesionario y justo el cura estaba comiendo.
El señor va y le dice:
- He pecado.
Y el cura le responde:
- No, e' pollo.
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